La experiencia del despertar espiritual

Comenzamos nuestro ascenso espiritual al tener un deseo enteramente egoísta, que quiere solamente recibir para su beneficio personal y después una diminuta chispa de deseo espiritual surge dentro de nosotros.

El deseo espiritual es el de amar, dar y tener una conexión positiva con todos. Sin embargo, inicialmente no sentimos este deseo como tal, en su lugar lo sentimos como un vacío interior entre nuestros deseos egoístas. Despierta profundas preguntas acerca de nuestra verdadera identidad y nuestro significado y propósito en la vida.

Preguntas existenciales como: “¿Cuál es el significado de la vida?” y “¿Por qué estoy aquí?” nos impulsan a buscar respuestas. Si esas preguntas nos molestan lo suficiente, nos embarcamos en un viaje por nuevos y diferentes entornos, en comparación con aquellos en los que crecimos, leemos todo tipo de textos y llegamos a varios maestros y grupos.

Si preguntamos sinceramente acerca del significado de nuestra vida, eventualmente llegamos a la sabiduría de la Cabalá, que fue diseñada específicamente para responder esta pregunta. La sabiduría de la Cabalá es también llamada “sabiduría de la conexión”, ya que guía de manera metódica el proceso para conectarse positivamente con el fin de descubrir nuestra unidad definitiva, entre nosotros y con la naturaleza, como una sola alma, con la fuerza de amor y otorgamiento que habita en la naturaleza y que nos sostiene a todos juntos.

Aprendemos acerca de principios fundamentales de la realidad en la que vivimos. Alguna vez existimos como una sola alma llamada “alma de Adam HaRishón”, la cual se fragmentó. La fragmentación de Adam HaRishón hizo surgir nuestro estado como lo conocemos en este mundo, donde nos percibimos unos a otros como seres separados, y nos sentimos alejados de la naturaleza.


Sin embargo, si bien existimos en esta percepción de separación, en la sabiduría de la Cabalá, tenemos una pequeña chispa, llamada “punto en el corazón” que pertenece a nuestro estado conectado como alma completa, antes de que se fragmentara. Este punto en el corazón despierta preguntas existenciales en nosotros y nos impulsa a buscar cómo poder, en última instancia. descubrir nuestra alma perfectamente conectada, armónica y eterna.

Al comenzar nuestros estudios de Cabalá, aprendemos la diferencia entre humanos y animales, que los humanos tienen la inclinación egoísta adicional hacia el amor por sí mismos que no se encuentra en el mundo animal. Quien siente este amor propio egoísta, la sensación de ser único, puede también llegar a la sensación de que es una inclinación malvada y que, para descubrir la espiritualidad, necesita elevarse por encima de esta inclinación malvada con el fin de descubrir una “buena inclinación”.

La buena inclinación es la de conectarse e integrarse con otros. Al colocarnos a nosotros mismos en una conexión así, invitamos fuerzas espirituales que habitan por encima del punto donde se fragmentó el alma de Adam HaRishón y con la influencia de esas fuerzas espirituales, eventualmente llegamos a descubrir nuestra verdadera conexión, como una sola alma. Esa revelación abre una imagen completa de la realidad y una sensación de conexión absoluta, armónica, perfecta y eterna.

Basado en la lección diaria de Cabalá con el cabalista Dr. Michael Laitman 26/ene/21, escrito/editado por estudiantes del cabalista Dr. Michael Laitman. – Blog de Laitman.es