Al otro lado de la percepción

La sabiduría de la Cabalá explica que ningún trabajo espiritual, implica acciones físicas.

Todo debe hacerse en el deseo humano. Cabalá opera con lo que realmente fue creado: el deseo. Sólo puede ser controlado por el Creador y por la persona de abajo. No hay nada más.

Nos parece que lo que nos rodea es un mundo material, pero es ilusorio. Sólo existe en nuestra representación interna. Como Baal HaSulam escribe en Introducción al libro del Zóhar, hay una ‘pantalla’ especial en la parte posterior del cerebro, que proyecta todos nuestros pensamientos y sentimientos y nos traza una supuesta realidad que vemos ante nosotros.

De hecho, no vemos nada. Digamos que ante nosotros están, por ejemplo, una mesa, una pared, un mundo, estrellas y galaxias, pero nada de eso existe. Simplemente así nos parece.

Este es un sistema de sentidos muy complejo. La tarea del cabalista es ir más allá de los sentidos ordinarios para dar la visión correcta del mundo, su sensación correcta. Por lo tanto, esta sabiduría llamada Cabalá, es la ciencia de la correcta percepción de la verdadera realidad: qué es y cómo se manifiesta.

El Creador no espera que se haga algo físico, porque este mundo onírico que nos rodea es una ilusión. Está escrito en el Libro del Zohar que cuando entramos en la sensación del mundo superior, empezamos a entender que todo lo anterior fue un sueño.

Sin embargo, si obtenemos visión espiritual, permanecemos en los dos mundos y los sentimos a ambos. Lo que supuestamente percibimos con nuestros cualidades terrenas, llamadas Olam ha Medume, son inventos que nos impone un mundo ilusorio.

El mundo real que revelamos es nuestro mundo verdadero y hay conexión entre los dos mundos. Se siente toda la ilusión de este mundo y toda la verdad del mundo superior. Todo lo que existe en el mundo, llamado otro mundo -es decir, el mundo situado al otro lado de nuestra percepción, nuestra ilusión- influye en el esquema de este mundo y así, gradualmente nos adaptamos a la revelación del mundo verdadero.

Se nos da todo para construir y hacer, no físicamente con manos y piernas, sino para realizar acciones en el deseo, porque el deseo es la materia real de la creación, aparte de eso, nada fue creado.

Los mandamientos físicos, servicio en el templo, etc., aplican sólo a la realización espiritual interna de nuestros deseos e intenciones. ¡Es todo! Por lo tanto se dice: “No quiero de ti palacios ni prendas preciosas ni pompa que conducen sólo a violencia y lucha por el poder. Sólo necesito de ti pureza del corazón, el trabajo en tus propios deseos.

Debemos entender claramente lo que la raíz espiritual y sus consecuencias significan en nuestro mundo, cómo esa raíz afecta nuestra percepción y cómo nos obliga a ver ciertas imágenes físicas, que supuestamente descubrimos con nuestros cinco sentidos. Es ‘supuestamente’ porque todo es como un sueño y a veces, parece incluso más real que la verdadera realidad.

Sin embargo, todo es una proyección que nos llega de la fuente superior, de la raíz superior, que, como un proyector astuto nos muestra una película llamada ‘vida’. Nos parece que existimos en un cuerpo, con el que interactuamos, nos movemos, etc., pero tan pronto como despertamos un poco, descubrimos que todo fue un sueño, como está escrito en el Libro del Zóhar.

Cuando entramos en contacto con la raíz y no con su efecto, empezamos a entender por qué sucedió así, por qué nos mostraron esta película llamada vida, por qué fue tan variada y rica en colores, sonidos, etc. y por qué nos cautivó tanto. De hecho, nos sentimos muy pequeños, literalmente influencias microscópicas, escasos en profundidad y espectro de percepción, pero creemos que es algo inusual.

Todo lo que ocurre a nuestro alrededor es proyectado por nuestro pequeño egoísmo, en el punto donde cada uno percibe el mundo. Pero una vez que el ego comienza a expandirse, sentimos en el ego que se desarrolla la siguiente imagen del mundo, pero corregida. ¡De hecho, el egoísmo sólo puede expandirse con la corrección! Así, aparte de un pequeño punto, comenzamos a imaginar el mundo superior.

Descubrimos la raíz de todo lo que nos sucede, a nosotros y al mundo, vemos cómo podemos interactuar con este sistema, acelerar su desarrollo, expansión y demostración. También queda claro que: esta es la raíz y esta su consecuencia. Y nosotros, al influir en la raíz, podemos cambiar la consecuencia.

En principio, por el momento, no podemos cambiar nuestro mundo. Será posible cuando lancemos nuestra influencia en su raíz. Por lo tanto, mientras estamos en este mundo, vemos que no funciona y que no podemos hacer nada.

Sin embargo, cuando la humanidad llegue a un estado de desapego total, de depresión e impotencia, sabrá que hay otra forma y que es la única adecuada, no a través del egoísmo que nos controla, sino cuando lo controlemos. Así, podremos elevarnos y comenzar a revelar el mundo verdadero.

De Kabtv “Secretos del Libro Eterno” 30/jun/16