¿Cómo podemos cruzar la barrera entre este mundo y el mundo espiritual?

Cruzar la barrera que separa nuestro mundo corporal del mundo espiritual es sentir la realidad en el interior y se logra al desarrollar nuestro deseo por la espiritualidad hasta el punto donde estás dispuesto a asemejarte a cierta porción del mundo espiritual.

Nuestro deseo por la espiritualidad, llamado “punto en el corazón” en la sabiduría de la Cabalá, surge en nuestra vida cuando estamos dispuestos a trasaldarnos más allá de nuestro placer corporal por comida, sexo, familia, dinero, honor, control y conocimiento y, embarcarnos en el camino espiritual.

Ese deseo se caracteriza por cuestionarnos el significado y propósito de la vida. Cuando sentimos insatisfacción subyacente en nuestra vida diaria y anhelamos “algo más”, que aún no podemos determinar con precisión.

Dependiendo de la intensidad de esta sensación, buscamos en varios entornos, como libros, maestros y grupos, hasta que eventualmente nos cruzamos con Cabalá. La sabiduría de la Cabalá fue creada como un método específicamente para responder nuestras preguntas existenciales y guiarnos hacia una clara percepción y sensación del propósito de la vida.

De acuerdo con la sabiduría de la Cabalá, el propósito de la vida es alcanzar la realidad superior. La realidad superior tiene varios nombres, incluyendo “mundo espiritual” y se caracteriza por la cualidad de otorgamiento, amor y conexión.

Mientras más nos aplicamos en el método de Cabalá. Más desarrollamos nuestro deseo espiritual, hasta que eventualmente gana el “volumen” mínimo necesario para asemejarse y entrar al mundo espiritual. Este “volumen” mínimo para cruzar la barrera entre nuestro mundo y el mundo espiritual llamada “diez Sefirot”.

En las diez Sefirot, comenzamos a percibir y sentir la realidad superior. Sentimos que la cualidad de otorgamiento, amor y conexión, también llamada “luz”, entra y sale de nosotros, provocando varias sensaciones.

Comienza con cambios pequeños en nuestra percepción, al tiempo que comenzamos a sentir y relacionarnos con el nivel causal de la realidad. Cuando comenzamos a ver nuestro mundo en contraste con el trasfondo de un mundo espiritual más completo.,

Al cruzar la barrera hacia el mundo espiritual, viviendo en este mundo, entendemos y sentimos la conexión entre los dos mundos, como niveles de causa y consecuencia de la realidad. Esos dos niveles de la realidad son llamados “raíz y rama” en la sabiduría de la Cabalá.

Cuando aplicamos el método de Cabalá, atraemos la luz del mundo espiritual superior y una y otra vez entra y sale de nuestro deseo por espiritualidad, nos da la sensación de lo que se conoce en el método como, “ascensos y descensos”, es decir cercanía y lejanía al mundo espiritual. Antes de cruzar la barrera entre nuestro mundo y el mundo espiritual, sentimos esas sensaciones de manera relativamente confusa, similar a cómo siente el bebé este mundo, sin saber aún lo que sucede.

Por ejemplo, si el bebé está en una habitación donde la luz se enciende y después se apaga, no sabe definir ese fenómeno como luz encendida y apagada, pero, de todos modos experimenta el fenómeno. De la misma manera, mientras aplicamos el método de Cabalá y entramos en el proceso de atraer la luz del mundo espiritual más cercano a nosotros. Esa entrada y salida de la luz nos da la sensación del mundo espiritual (mientras la luz entra) y de nuestro mundo como una mera impresión (mientras la luz sale).

En etapas más avanzadas de desarrollo, comenzamos a orientarnos en esta luz, de mejor forma, al grado de nuestras habilidades y desarrollamos cualidades que se asemejan más y más a la luz, logramos un equilibrio cada vez mayor con el mundo espiritual. Ese proceso continúa hasta que, eventualmente llegamos a completar nuestra alma, al estado de eternidad y perfección.

del blog del Dr. Michael Laitman  (Quora)